martes, 27 de julio de 2010

Luces del amanecer - Capitulo 3

- En fin...- suspiro Jane- Estoy disfrutando de vuestra compañía pero, ¿me podeis explicar como he llegado aquí?

- Ssshhh, un momento- le señaló haciendo un gesto con el dedo para que se callara- espera que cruzemos las barreras del reino, en este bosque incluso los arboles oyen.- Y le dedicó una sonrisa pícara que estuvo a punto de derretir a Jane.

- Va-vale...- dijo Jane levemente sonrojada.

Pasaron unos diez minutos mas cuando empezó a divisar a lo lejos unas murallas. Tenian un portón enorme lleno de guardias que revisaban la mercancia que llevaban los vendedores en sus carretas.
Entonces la carroza giró hacia la derecha.

-¿No entraremos por allí?

- No - respondió Ilian- esa es la entrada principal, si entraramos por allí, la gente empezará a apelotonarse y no nos dejarán avanzar. No queremos llamar la antención.

- Ah, ya...

Una vez cruzaron la puerta trasera de la muralla -que era bastante más pequeña- Ethiel empezó a hablar.

- Bueno Jane, primero te voy a contar los origenes de nuestro reino. Según una leyenda, la diosa Eowen sintió envidia del reino que habian crado los dioses de la tierra, tu mundo. Así que creó su propio mundo, razas nuevas y con dones especiales, pero muy semejantes a los seres que habian creado los demás dioses. Los habitantes de este mundo empezaron a dividirse en reinos, y estos en poblaciones. Los guerreros más valerosos, fuertes y valientes fueron elegidos para convertirse en reyes y los magos más sabios y poderosos en leales consejeros y amigos. Y durante muchos siglos el pueblo prosperó. Pero un fatídico dia, los demás dioses, dejaron su mundo - el tuyo Jane- para visitar el nuestro, y al ver la prosperidad de nuestro pueblo, sintieron envidia así que encerraron a la diosa Eowen para toda la eternidad. No obstante ella juró que volvería y envió a una dama para dar ese mensaje, cierta dama dijo que en tiempos de guerra aparecería una chica del otro mundo que tendría el poder de invocar a la diosa Eowen y así poner paz a nuestro mundo. Durante años hemos intentado arreglar nuestras diferencias, ya que no parecía la mensajera fuera a aparecer, pero es imposible, la avaricia esta volviendo a los reyes y magos malvados i crueles, estamos causando nuestra autodestrucción. Eres nuestra ultima esperanza Jane...

- Espera un momento...¿Estas diciendo que soy la reencarnación de una especia de tia que decia que habia una diosa que habia sido encarcelada y que ahora tengo que salvar vuestro mundo?

- Si, eso mismo. - Dijo Ilian

- Vale ahora si que pienso que estais majara...


Llegarón al palacio cuando ya se estaba haciendo oscuro. Debia de haber una especie de cambio horario ya que hacia apenas una hora - mas o menos- eran las ocho de la mañana (en su mundo). Al llegar allí les recibió todo un comité de criados, guardias y un mayordomo que debia tener unos setenta u ochenta años. Bajaron de la carroza y vio como alguien se acercaba corriendo. Era una mujer, debia de tener la misma edad que Jane o uno o dos años mayor, era rubia con los ojos verdes y bastante atractiva. Llevaba un vestido rojo carmesí que la favorecia enormemente.

- ¡Iliancito, querido! ¡Oh mi pequeño caramelito ya has llegado! No sabes cuanto te he hechado de menos... - Le dijo con una tonta sonrisa a Ilian.

- Oh venga Jasmina no me llames asi, sabes que lo detesto - le dijo Ilian visiblemente molesto.

- Pero querido.... snif snif ya no me quieres... - Jasmina se puso a llorar, bueno mas bien a simular que lloraba.

- Vamos Jasmina sabes que no es así -dijo Elian intentando consolarla - venga subamos. -cogiendola por la cintura subieron por los escalones y se perdieron en el inmenso castillo.

Jane se quedó mirando a Ethiel

- Vale, ¿quien era esa?

- La prometida de mi hermano - dijo Ethiel con un suspiro- puede resultar un tanto exasperante pero uno acaba acostumbrandose.

De algun modo extraño le resultaba bastante incomodo a Jane que esa tal Jasmina se cogiera esas confianzas con Ilian, además ¿como que subamos?, a saber que iban a hacer, sin ninguna duda.... ¡NO! a Jane no le gustaba el camino que estaban siguiendo sus pensamientos, y a ella que mas le daba que se fuera con esa Jasmina, ¡como si se iba con todas las mujeres del reino!

- Enfin, ¿entramos? -le dijo Ethiel- me gustaria enseñarte el resto del castillo.

Entonces le dio un beso en la mejilla y la cogió de la mano. Ambos entraron corriendo al palacio. Jane estaba demasiado sorprendida para decir nada así que simplemente se dejó llevar.

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